Dos perspectivas,...
Este libro titulado "Cine Goya" no reproduce, ni total ni exclusivamente, la “película” de la Guerra Civil española en Belchite. Mantiene perspectivas narrativas a ambos lados de ese período: de este lado, un visitante actual que trata de recuperar la historia; del otro lado, Goya, que la presagia porque ya antes presenció escenas similares. 
Es como la curva en una carretera que casi se cierra en círculo. En Belchite el tiempo no fluye en línea recta. Goya ve los acontecimientos desde un lado de la curva y el autor desde el otro; casi se ven el uno al otro.
Todo fluye sin cesar, y las piedras lo expresan mejor que nadie, mientras se liberan lentamente de la tarea de ser una simple casa más. Para el autor, pintar las infinitas variaciones de las piedras es el hilo conductor de su trabajo. 
El conjunto de ruinas abandonadas se convierte así en el personaje principal del relato, el protagonista que cambia lentamente de significado y de forma para aquel que se toma el tiempo para presenciarlo. 
Mientras el rio fluye en un lecho sólido, las piedras que no se mueven se desmoronan. Esto es lo que estas pinturas intentan mostrar.           
"El tiempo salva la verdad para la historia", nos enseña Goya. Porque el tiempo se convierte en agente. Goya es un "pintor de historia". El tiempo es distancia. Un pintor se toma esa distancia.
..., tres puntos de vista, cuatro capítulos
Tres de los cuatro capítulos tratan sobre conceptos también introducidos por Goya en su obra: La Historia, La Verdad y El Tiempo. El cuarto, o primero, es la introducción.
El capítulo ‘La Historia’ trata de la guerra, la de 1808-1813 y la de 1936-1939. ‘La Verdad’ trata de las secuelas, dictadas por el castigo y la culpa. Goya se debatió entre los ideales de la ilustración y la lealtad patriótica. Belchite está a la espera de un pueblo nuevo, construido con trabajo forzoso, que no se inaugurará hasta 1954. 
El Tiempo abarca la existencia de ese nuevo pueblo, saltando desde 1954 hasta la actualidad. Goya, retirado ya del traicionero centro del poder, se identifica con el Tiempo (Saturno), el anciano que "aprende todos los días" y observa desde el margen el paso del Viejo Belchite. "Je ne peins pas l'être mais le passage" (Montaigne).
Una introducción precede los tres capítulos y que proporciona una base: La Tierra. En las pinturas primero se aplica una capa de base, que luego son enriquecidas con fragmentos de imágenes de Goya. A veces hasta sus palabras irrumpen como intervenciones del otro lado, visualmente conectadas con la tipografía de Goya en sus grabados.
Back to Top